Rusia denunció ante la ONU lo que ve como una “guerra” por parte de las autoridades de Kiev contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana dependiente de Moscú y aseguró que Ucrania está al borde de un conflicto religioso “a gran escala”.
La delegación rusa convocó una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para llamar la atención sobre las medidas que el Gobierno de Volodímir Zelenski ha tomado en los últimos meses contra la Iglesia Ortodoxa que está subordinada al Patriarcado de Moscú.
Según el embajador ruso, Vasili Nebenzia, Kiev ha puesto en marcha una “guerra” contra esta congregación que ha situado al país “literalmente a un paso de una catástrofe religiosa fratricida”.