Vehículos militares y claveles rojos volvieron las calles y plazas del centro de Lisboa el jueves, mientras Portugal recreaba momentos dramáticos del golpe militar que llevó la democracia al país hace 50 años.
Miles de personas asistieron a las celebraciones de la Revolución de los Claveles, que dio fin a una sofocante dictadura de cuatro décadas establecida por Antonio Salazar. También preparó el camino para la entrada de Portugal a la Unión Europea, conocida entonces como Comunidad Económica Europea, en 1986.
En esa época, la agitación y la incertidumbre política en Portugal, miembro de la OTAN, generó alarma en las capitales occidentales cuando el Partido Comunista Portugués parecía a punto de tomar el poder. Sin embargo, los partidos moderados triunfaron en las urnas.
El presidente Marcelo Rebelo de Sousa y el primer ministro Luis Montenegro presidieron el colorido desfile de soldados y vehículos blindados mientras muchos espectadores llevaban claveles rojos, el símbolo de la revolución. Pudo verse a un niño sobre un vehículo blindado sosteniendo un clavel.
Había muchos claveles rojos en las tiendas y puestos callejeros de Portugal en la primavera de 1974, y las personas los colocaban en los cañones de las armas de los rebeldes.