El sumo pontífice calificó de “aún más lamentable” que “los migrantes sean utilizados cada vez más como moneda de cambio, como peones en el tablero de ajedrez, víctimas de rivalidades políticas”.
En un momento de alto malestar en Europa por la gestión de los flujos de migrantes, el papa Francisco pretende apelar a las conciencias solicitando solidaridad y tolerancia con los migrantes y refugiados, tópico central de su próxima visita a Chipre y Grecia.
El domingo, cuatro días antes de su viaje, el sumo pontífice expuso el “mapa del dolor” al describir las tragedias recientes de la migración registradas.
Francisco mencionó a los 27 migrantes que murieron en el Canal de la Mancha, a los que se atrincheran en la frontera de Bielorrusia, entre ellos numerosos niños, a los que se ahogan intentando cruzar el Mediterráneo desde el Norte de África, a los que repatrian a Libia, a las mujeres que los traficantes de seres humanos convierten en esclavas y a los hombres torturados para someterlos.