El proyecto del presidente electo, Lula da Silva, obtuvo el apoyo necesario para ser discutido en el Parlamento. No obstante, el fondo de cobertura local Opportunity aseguró que la modificación podría derivar en la caída de la moneda brasileña hasta un mínimo histórico.
El plan del gobierno entrante consiste en separar los recursos destinados al programa de asistencia en la presupuesto del próximo año. De esta manera, el dinero quedaría fuera del límite de gastos anuales impuesto por una ley en vigor desde 2016.
La norma actual indica que el presupuesto del Gobierno no puede aumentar más allá de la inflación registrada en el ejercicio anterior. Está medida acaba congelando el gasto público en términos reales, lo cual impide que Lula y su equipo amplíen la asistencia social y la inversión pública.
Por este motivo, el proyecto busca que en el próximo cuatrienio sean liberados de ese techo de gastos unos 198.000 millones de reales ($38.000 dólares). De acuerdo con el texto, casi el 75% del dinero se utilizaría para financiar el Bolsa Familia, un plan de asistencia directa a los sectores más empobrecidos de la sociedad.