“No hace falta que todos pensemos igual”, admitió Fernández, por primera vez al lado de la expresidenta desde el revés del oficialismo en las primarias obligatorias del 12 de setiembre.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, dejaron atrás sus tensiones internas al relanzar la campaña a las elecciones legislativas, con un anuncio de beneficios para el sector agroindustrial, histórico adversario del gobernante peronismo.
Kirchner atribuyó en aquel momento la abrupta caída de votos del 48% al 32%, respecto de las presidenciales de 2019, a lo que calificó de “ajuste fiscal”, política que, según la dirigente, provocó que el electorado le diera la espalda.
El proyecto de ley de fomento a la agroindustrial, anunciado “reivindica la cultura del encuentro y el diálogo”, dijo Fernández, en un mensaje directo a las patronales agrícolas y exportadores, entidades que pusieron en jaque con huelgas a Kirchner cuando era presidenta entre 2007 y 2015.