Los violines generan una reverberación en la caja torácica, el violonchelo y el bajo se perciben un poco más abajo, los cornos en los hombros y, en la mayoría de los casos, las voces se sienten en las muñecas.
Esto representa una de las técnicas que el especialista en audio Patrick Hanlon utiliza para programar unos trajes hápticos, diseñados con el propósito de permitir a las personas sordas o con problemas de audición experimentar la música sin necesidad de escucharla.
El traje Music: Not Impossible está conformado por una mochila portátil con accesorios para muñecas y tobillos. En conjunto, se encargan de traducir el audio de los mezcladores de una sala de conciertos y los micrófonos colocados en vibraciones.
En un concierto reciente de música clásica en el Lincoln Center de Nueva York, algunos de los asistentes llevaron puestos estos chalecos inalámbricos equipados con 24 puntos de vibración. Music: Not Impossible hacía que los sonidos de la orquesta se volvieran sensaciones táctiles para el público.
“Involucra al cuerpo, ofreciendo a los asistentes una experiencia envolvente en 3D a través de las vibraciones”, comentó Hanlon, cofundador de Not Impossible Labs, empresa que desarrolló el dispositivo.