Apple por fin eliminó su puerto de carga Lightning: el iPhone 15 adopta un conector de cargadores compatibles con productos que no son de la compañía. Lo que implica un cable menos ocupando espacio en tu mesa de noche y algo por lo que ya no debes preocuparte a la hora de empacar maletas para viajar.
Sin embargo, esta medida ––acelerada por una orden regulatoria europea que se aprobó el año pasado–– es en gran parte algo simbólico, pues llega años después de que la mayoría de los demás dispositivos cambiaran su puerto de carga a USB-C. Y no contribuirá mucho a reducir las montañas de desechos electrónicos que se acumulan en todo el mundo.
Cuando la Comisión Europea aprobó la medida el año pasado, citó dos razones: primero, todo el mundo está de acuerdo en que es muy molesto tener tantos cables tirados por ahí. En segundo lugar, tener un solo cargador para todos los dispositivos (ya sean fabricados por Apple, Samsung, Garmin o cualquiera) “reduciría significativamente los desechos electrónicos”.
Apple inicialmente se resistió, por supuesto, en parte porque vender cables Lightning adicionales le generó mucho dinero. Pero también destacó que el argumento de los deshechos era equivocado y que la promesa de carga inalámbrica haría que la cuestión del cable fuera discutible. (Aun así, la compañía finalmente dijo que cumpliría con las reglas de un cable común).