La enfermedad de Alzheimer es una de las patologías neurodegenerativas con mayor prevalencia en América Latina. En 2019, se identificó que al menos 4.5 millones de personas en la región padecían esta forma de demencia. Los índices van en aumento: la previsión para el 2050 es de 13.7 millones de casos.
Entre los principales factores del incremento se encuentran las infecciones respiratorias, el COVID-19 y las patologías crónicas como la diabetes y la hipertensión, según Alzheimer’s Disease International.
Esta condición mental es progresiva y degenera las células nerviosas del cerebro. Entre sus síntomas notables están la pérdida de la memoria, el deterioro intelectual y la desorientación temporal. La enfermedad tiene una mayor prevalencia en mujeres, del 7.1%, mientras que los hombres registran un 3.3% en una edad mayor a los 55 años, de acuerdo con ACE Alzheimer Center Barcelona.
Aunque es un cuadro asociado a la tercera edad, hay también otros factores de riesgo que inciden en su aparición. Los principales se relacionan con la obesidad, la presión arterial alta y los ataques cerebrales.
Ciertas enfermedades propician la aparición temprana del Alzheimer. Incluso el mal estado de las encías puede afectar más de lo sospechado. La periodontitis crónica, una infección grave que daña el tejido blando alrededor de los dientes, está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.
Las bacterias presentes en las encías infectadas, llamadas Porphyromonas gingivalis, pueden ingresar al torrente sanguíneo y llegar al cerebro, como se explica en un estudio publicado en la revista especializada en ciencia Science Advances.
El resultado de la infección en las encías desencadena una respuesta inflamatoria crónica en el sistema nervioso central. Esta condición cerebral sostenida durante largos periodos puede dañar las células importantes en las conexiones cognitivas y contribuir al desarrollo del Alzheimer a una edad temprana si la periodontitis es recurrente. Un estudio taiwanés, citado por BBC, explicó que las personas con esta condición bucal eran un 70% más propensas a tener este tipo de demencia.