Quién no sabe qué dijo Trump en su lanzamiento de la campaña presidencial sobre el muro entre México y Estados Unidos. Sus palabras todavía resuenan: “Construiré un gran, gran muro en nuestra frontera sur y haré que México pague por ese muro.” Pero pocos son los que sepan que esta no fue idea suya. Además, la promesa nunca se cumplió. Para los que se pregunten de dónde surgió esa frase, sigan leyendo.
Quiero recalcar que mi propósito no es ni defender ni disculpar las palabras y acciones de expresidente Trump, sino que quiero alumbrar que había una red de personas o si quiere llamarlas las élites políticas que ‘aconsejaban’ a Trump cómo actuar y qué decir. Aunque también es verdad que Trump en la mayoría de sus discursos públicos no seguía a las palabras prescritas.
En el libro ‘Border Wars: Inside Trump’s assault on immigration’, autores Julie Hirschfeld Davis y Michael D. Shear, corresponsales de Washington para The New York Times, lo revelan todo. Sam Nunberg y su mentor político Roger Stone fueron los consultantes que urgían a Trump que fuera candidato presidencial, y querían que la política anti-migratoria fuera el centro de su campaña. Y fueron ellos quienes concibieron el pretexto de construir el muro con los fondos mexicanos para que Trump hablara sobre cómo acabar con la inmigración ilegal, lamentar sobre los problemas en la frontera, y advertir sobre la violencia y enfermedades que los inmigrantes traen a Estados Unidos.
Ahora bien, resulta que había otros republicanos que tuvieron incluso más influencia sobre Trump: Steve Bannon (estratega jefe), Jeff Sessions (senador republicano de Alabama) and Stephen Miller (asesor político y escritor de discursos), quienes ya en el 2013 pusieron base para lo que sería el perfil de la campaña de Trump centrada en la política anti-migratoria. Creían que los inmigrante documentados e indocumentados representan amenaza para los salarios de los americanos, cometen crímenes, y compiten por los beneficios sociales.
Otro punto que quiero analizar es la situación de los ‘Soñadores’ (‘Dreamers’) del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) que fue creado por Barack Obama para proteger de la deportación a los migrantes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos como niños. Aunque la opinión mediática general es que Trump quiso terminar con el DACA, la situación y la posición de Trump al respecto es más compleja.
Aunque Trump prometió de acabar con el DACA en su primer día en la oficina, y a pesar de que sus más importantes asesores querían terminarlo, Trump “tuvo la debilidad por los Soñadores”. Trump terminó de recibir nuevas solicitudes para el DACA hasta diciembre 2020. Hasta hoy el destino de los Soñadores está atrapado en el sistema legal.
A modo de explicación, es interesante ver cómo es la personalidad de Trump. Una investigación psicológica comprobó que Trump tiene una personalidad ambiciosa, dominante, extrovertida e intrépida. Otra determinó a Trump como narcisista que no encuentra otra satisfacción que manejar los asuntos políticos con el único fin de adorarse a sí mismo. Hay otras que apuntan hacia la personalidad negativa de fanático, agresivo, autoritario, manipulativo, racista y misógino. Al contrario, Trump ha dicho sobre sí mismo: “Mis dos mayores calidades han sido la estabilidad mental y ser realmente inteligente”. “Lo siento, perdedores y enemigos, pero mi coeficiente intelectual es uno de los más altos, ¡y todos ustedes lo saben! Por favor, no se sientan estúpidos o inseguros, no es su culpa”. Soy “la persona humana más honesta quizás que el Dios había creado”.
Trump siente simpatía con la gente menos educada, ¿será por ser manipulada más fácilmente? A pesar del carácter así, Trump mismo pudo haber sido manipulado por sus asesores como he venido demostrando a lo largo de este artículo. Recientemente, incluso su hija Ivanka Trump le dio espalda a su padre atestiguando que no cree que 2020 elecciones presidenciales le fueran robadas a su padre.
Para concluir, parece que Trump a pesar de su aparente seguridad en sí mismo, su determinación, presunta inteligencia y honestidad, también es alguien que sin saber está controlado y guiado por una autoridad con más poder y más influencia.