El título en latín del presente artículo se traduce textualmente como: “NO NACIDA”. Eso fue lo que le paso a la propuesta de una nueva constitución que regiría los destinos de Chile. El embarazo duro un poco más de 9 meses, 3 meses más de lo normal para ser exacto.
Según entiendo, los embarazos difíciles suelen ser objeto de cuidados extremos, con recomendaciones explicitas de los expertos en la materia. Presiento, por no decir otra cosa, que las recomendaciones de esos expertos no fueron debidamente atendidas y por eso paso lo que paso. Los progenitores del retoño quizás pensaron que sabían mas que los conocedores del oficio, y NO NACIO.
Es lo que a mi juicio sucedió con la propuesta de nueva constitución para Chile.
En octubre del 2020, el 80% de la población chilena aprobó cambiar la Constitución que regía al país y que fue escrita durante el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990). El 4 de septiembre de 2022, próximo pasado, se realizó la tan esperada consulta popular que aprobaría la nueva constitución, cosa que no sucedió y fue rechazada por el 62% de los votantes.
Como señalamos en un artículo anterior, este era el reto político más importante y que se convirtió en la razón de la investidura del joven presidente. La pregunta es: QUE PASO? Por qué no se aprobó?. Todo pareciera indicar que la principal razón es que no se leyó bien los deseos de la sociedad chilena, porque varios meses antes de que se produjera la fatídica consulta ya las encuestadoras más serias venían indicando, mes a mes, cuan impopular era lo que se estaba redactando, cada consulta mostraba como la opción de rechazo estaba creciendo, sin embargo los constituyentes seguían su marcha sin poner atención a las posturas que estaba sosteniendo la sociedad chile. Tengo la seguridad de que todavía se quiere una nueva constitución, pero no la que se acaba de rechazar.
La historia nos dice a cada rato, que el objetivo de una constitución no es segmentar, dividir o crear tensiones en una sociedad sino todo lo contrario. Sin embargo la constitución propuesta dejaba claro que su objetivo era segmentar por medio de un enfoque fuertemente de izquierda. En algunos de sus artículos no ayudaban mucho a Chile a mantener su crecimiento económico y mucho menos consolidar la paz social.
Entre otros, las indefiniciones acerca de la cualidad del estado Chileno, la iniciativa que buscaba eliminar los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), reemplazándolos por una Asamblea Plurinacional de los Trabajadores y los Pueblos, o la discusión sobre si la sociedad es multicultural o plurinacional, la composición del congreso de Chile, temas políticos de fundamental importancia para la paz social de ese país.
A mi modo la constitución deseada por los chilenos se centraba en asuntos: -el sistema de pensiones, -el tributario, la salud y la educación, el tratamiento que se le daría a los asuntos indígenas y por supuesto enterrar definitivamente el nombre del dictador Augusto Pinochet de la carta magna.
Mientras tanto, tanto la izquierda como la derecha se encuentran discutiendo, ya, la naturaleza derechista o izquierdista de una nueva propuesta constitucional. Pareciera que lo sucedido no tiene mucha importancia. Sin embargo la CAJA DE PANDORA POLITICA esta abierta y cualquier cosa puede suceder.
Ese rechazo al texto de la nueva Constitución en Chile, reitero es un duro revés al liderazgo del presidente Gabriel Boric y también un mensaje directo a la inestable America Latina, que en los actuales momentos los gobiernos de izquierda están tomado asiento en la region. No existe en la America Latina gobierno de izquierda que no asuma el poder utilizando el mantra de moda: REFUNDACION DEL ESTADO; por ahí paso, cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia y observen los resultados.
El 62% no solo fue un voto en contra del borrador que se propuso, sino también de repudio a todo lo que acompañó a la Convención, es decir, la intolerancia, el maximalismo y un intento refundacional para cambiar radicalmente lo que era Chile.
¿Qué sigue?
En términos prácticos, seguirá en vigencia la Constitución de 1980 redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet. “La gran pregunta es cómo continúa el proceso constituyente. No hay respuesta para ello. Sin embargo, hay consciencia de que el tema constitucional tiene que ser afrontado, que Chile requiere un nuevo pacto social. Me imagino que los esfuerzos posteriores a los resultados del plebiscito estén en línea con un nuevo acuerdo que permita darles certidumbre a las aspiraciones de los chilenos.
Alguien dijo que las constituciones son hijas de sus tiempos, pero este resultado es una evidencia de nuevos tiempos que no se corresponden con ese proyecto de constitución.