La reactivación de una de las coladas de lava que manan del volcán de la Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, acercó el flujo de magma a apenas 300 metros del mar, por lo que podría, si efectivamente llega al océano, crear un nuevo delta lávico.
Otra de las coladas de lava del volcán en erupción desde el pasado 19 de septiembre, alcanzó la costa nueve días después y fue formando un delta o “fajana” que ya tiene una extensión superior a las 34 hectáreas según los últimos cálculos.
Ahora otra colada, la que discurre de norte a oeste tras desbordarse el lago de lava del volcán de Cumbre Vieja se acerca al mar en otra zona de la isla denominada playa del Perdido, donde podría repetirse el fenómeno.
Esa llegada al mar sería positiva para que la lava drene y produzca el menor impacto en tierra, según Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), el organismo que supervisa la erupción del volcán.