La velocista bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya arribó al aeropuerto de Tokio el miércoles por la mañana después de abandonar la embajada polaca, donde encontró refugio en un giro diplomático dramático durante los Juegos Olímpicos de Tokio.
Su negativa a abordar un vuelo a su país, después de decir que fue llevada por su equipo al aeropuerto en contra de sus deseos, generó uno de los grandes dramas en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se había refugiado en la embajada el lunes.
Se esperaba que la atleta viajara a Polonia, habían asegurado sus partidarios. Varsovia le ofreció una visa humanitaria.
Tsimanouskaya, con mascarilla y vestida con jeans, una blusa azul y lentes de sol, llegó en una van escoltada por la policía al aeropuerto de Narita, ubicado al este de la capital japonesa, y no habló con los reporteros que esperaban.