El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció la completa rendición de la acería Azovstal, símbolo de la resistencia de Ucrania, con la entrega de los últimos 531 combatientes.
Shoigú informó al presidente ruso, Vladímir Putin, sobre “el fin de la operación y la completa liberación de la planta y de la ciudad de Mariúpol“, principal puerto ucraniano en el mar de Azov.
Entre los últimos en entregarse figuran los comandantes del batallón nacionalista ucraniano Azov, que Rusia considera “neonazis” y “criminales de guerra”, según informó el general Ígor Konashénkov, portavoz castrense, en un comunicado.
Explicó que el comandante de los Azov fue evacuado en un blindado. Aunque no precisó el nombre, se entiende que se refería a Denís Prokorenko, quien esta mañana en un vídeo expreso su confianza en que los defensores sean canjeados por prisioneros de guerra rusos.
En cambio, políticos rusos, incluido el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, han abogado por que sean juzgados en territorio ruso por sus crímenes en el Donbás, además de que Azov podría ser declarada organización terrorista en este país.