En los últimos diez días, la Guardia Costera de Túnez ha recuperado 210 cuerpos de personas migrantes que murieron en varios naufragios en el centro-este del país mientras intentaban alcanzar la costa europea.
La mayoría de las víctimas son subsaharianas, y se ahogaron frente a las ciudades costeras de Sfax y Mahdia, así como del archipiélago de Kerkennah.
La Guardia Costera tunecina ha impedido 12 operaciones de migración irregular y ha interceptado a 320 personas subsaharianas a bordo frente a Sfax y Nabeul.
Con el aumento de la migración irregular desde principios de año, la Guardia Costera ha puesto a disposición del ciudadano una línea gratuita de teléfono para denunciar la “trata de personas y apoyar los esfuerzos del Estado en la lucha contra los traficantes de embarcaciones de la muerte”.
Túnez se ha convertido en un destino de tránsito para miles de migrantes que se embarcan en el Mediterráneo central, y junto a Libia, son uno de los principales puntos de partida.
Las organizaciones humanitarias denuncian la “extrema violencia y persecución” de las autoridades contra los migrantes subsaharianos.