La capital de Sudán, Jartum, experimenta una tensa calma interrumpida por explosiones esporádicas, mientras los ciudadanos intentan volver a la normalidad después de tres semanas de combates entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido.
Los residentes de Jartum dicen que las explosiones parecen ser el resultado de bombardeos aéreos y artilleros en la zona de Shambat, donde hay un campamento paramilitar.
El resto de la ciudad se encuentra en relativa calma, lo que ha permitido a los ciudadanos salir para comprar necesidades básicas, aunque hay quejas sobre la carestía y la falta de efectivo.
Además, los funcionarios y empleados del sector público y privado no han recibido sus salarios desde antes del estallido de los combates el 15 de abril.
En la ciudad saudí de Yeda, se llevan a cabo conversaciones para lograr un alto el fuego permanente, mientras que organizaciones internacionales y árabes trabajan para llevar ayuda médica y humanitaria a Sudán.
El número exacto de víctimas aún es desconocido, pero se cifran los muertos civiles en unos 551 y los heridos en casi cinco mil.