El potente sismo que afectó al centro de Japón el día de Año Nuevo no engendró descomunales tsunamis como los ocurridos en 2011, cuando 20.000 personas murieron y decenas de miles tuvieron que abandonar sus viviendas.
Los tsunamis que sí cubrieron las costas occidentales de Japón no llegaron a las olas de hasta 5 metros (15 pies) pronosticadas en las alertas emitidas justo después que el sismo de magnitud 7,6 estremeció al país el lunes en la tarde.
Pero las alarmas y las órdenes de evacuación, y las docenas de temblores que precedieron y siguieron al sismo del lunes, recordaron a los japoneses del desastroso acontecimiento ocurrido 13 años atrás.
Las autoridades dijeron que para el miércoles en la tarde se habían confirmado 64 muertes por el sismo que estremeció a la península Noto, a 300 kilómetros (185 millas) al noroeste de Tokio.
Las cuadrillas de rescate trabajaban contrarreloj para buscar sobrevivientes entre las ruinas, ya que se vaticinan fuertes lluvias que podrían provocar inundaciones y deslizamientos. Los bomberos usaban sierras eléctricas para llegar a personas atrapadas bajo los escombros de un edificio de siete pisos que se derrumbó.