Un niño afgano de cinco años, que permanecía en un centro de refugiados polaco tras ser evacuado de Afganistán, murió este jueves tras ingerir unas setas venenosas que había recogido con sus hermanos, según fuentes hospitalarias.
El equipo médico que atendió al niño en el Hospital Pediátrico de Varsovia certificó la “muerte cerebral” del niño tras varios días de lucha contra una insuficiencia hepática grave que desencadenó lesiones cerebrales irreversibles.
Él y sus dos hermanos salieron a recoger setas en las inmediaciones del centro de acogida para refugiados de Podkowa Leśna-Dębak, a unos 20 kilómetros al sur de Varsovia, a petición de sus padres, quienes también están en el centro.
Los dos hermanos del fallecido permanecen hospitalizados. La hermana mayor, de 17 años, evoluciona favorablemente; pero el menor, de seis, tuvo que ser intervenido y se le trasplantó un hígado el martes.