La apocalíptica estampa provocó la suspensión o la cancelación de cientos de vuelos mientras que las autoridades aconsejaron a los residentes que se quedaran en casa y a los conductores que tomasen precauciones por la mala visibilidad.
Visibilidad de menos de un kilómetro, calles prácticamente vacías y una espesa niebla de color marrón que parecía envolverlo todo: Beijing vivió su peor tormenta de arena en una década que, además, disparó los ya altos niveles de contaminación acumulados en las últimas semanas.
La tormenta se originó en la vecina Mongolia, donde hasta ahora ha dejado 10 muertes y cientos de desaparecidos, según los departamentos locales de gestión de emergencias.
Las fuertes ráfagas de viento, de entre 18 y 34 metros por segundo, y de nieve provocaron que nueve personas murieran en la provincia de Dundgovi, mientras que un niño de cinco años falleció en la de Arkhangai, informaron estos organismos.
En China, la tormenta no sólo ha afectado a Beijing, sino que también se ha extendido por toda la región septentrional del país.
En consecuencia, el Centro Meteorológico Nacional emitió hoy una alerta “amarilla” en hasta 12 regiones que, según pronostica, quedarán cubiertas de arena y polvo.
El centro advirtió de que es probable que la situación se prolongue hasta bien entrada la tarde, cuando el viento comenzará a diluirla, aunque podría retornar mañana debido a otras corrientes provenientes del sur.