Un tribunal de Nueva Zelanda dio inicio este martes al juicio contra tres empresas turísticas y los dueños de una isla privada donde se encuentra el volcán Whakaari, cuya erupción en 2019 dejó 22 muertos entre excursionistas que visitaban el lugar.
Las compañías y los tres hermanos Andrew, James y Peter Buttle, que gestionan la isla privada -en manos de la familia desde 1936- mediante un fideicomiso, afrontan cargos por incumplir las normas de salud y seguridad del país, al permitir los viajes el día de la explosión cuando la actividad del volcán era alta.
Las tres entidades son: Whakaari Management, administrada por los Buttle, y los operadores turísticos ID Tours New Zealand y Tauranga Tourism Services.
De ser hallados culpables durante este proceso, celebrado en la ciudad de Auckland y que durará 16 semanas, los acusados podrían afrontar una multa de hasta 1,5 millones de dólares neozelandeses (unos 930.000 dólares estadounidenses o 850.000 euros).
“Lo principal para nosotros es que se acuse a los propietarios de la isla y que se les exijan responsabilidades a ellos y a la empresa turística”, dijo Meredith Dallow, que perdió a su hermano Gavin, así y la hijastra de 15 años de éste -Zoe Hosking- en esta tragedia.
“Nadie debería haber estado allí ese día. Nadie debería haber estado en la isla y punto”, precisó Dallow en declaraciones publicadas hoy por la cadena pública australiana ABC.