Los legisladores británicos regresaron el lunes al Parlamento tras sus vacaciones de verano. Pero miles de niños del Reino Unido no volverán a las aulas esta semana, porque sus escuelas corren el riesgo de derrumbarse por el desmoronamiento del hormigón.
La noticia es un quebradero de cabeza para el Primer Ministro, Rishi Sunak, que se esfuerza por mantener el apoyo al Partido Conservador antes de las elecciones nacionales del año que viene.
Sunak insiste en que no es culpa suya que la semana pasada, días antes del comienzo del nuevo curso escolar, se comunicara a más de 150 escuelas que debían cerrar algunos o todos sus edificios porque contenían un tipo de hormigón ligero, relleno de aire, muy utilizado en la construcción entre los años cincuenta y noventa.
Los responsables de los centros se afanan por encontrar aulas en establecimientos cercanos o recurren a la enseñanza en línea tras la directiva de última hora del gobierno, desencadenada cuando tres escuelas que se consideraban seguras sufrieron derrumbes durante el verano.