El presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este lunes el papel unificador que ha tenido y que tiene para la nación la lengua francesa, porque ha quedado asociada a los valores republicanos como la “de la universalidad y de la libertad” y un instrumento de emancipación.
En un discurso de inauguración de la llamada Ciudad Internacional de la Lengua Francesa en Villers Cotterêts (norte), Macron insistió en que “la lengua francesa construye la unidad de la nación” y es “un cemento” que explica la relación de la nación con los valores republicanos.
Villers Cotterêts es el lugar donde el rey Francisco I dictó en 1539 el decreto que obligó a que todos los actos administrativos se hicieran a partir de entonces en francés para sustituir sobre todo al latín, y en la práctica fue la forma de convertirlo en la lengua oficial de la nación.
Recordando todo eso, señaló que “somos un país que se unificó por la lengua” y que la voluntad de Francisco I con su decreto era “luchar contra todas las fuerzas centrífugas, contra todos los irredentismos”.
Aun reconociendo que en muchos casos el francés se impuso en detrimento de otras lenguas que había tanto en las diferentes regiones del país como en las colonias, afirmó que “la lengua francesa nos une en nuestra unidad y en nuestra diversidad” porque no es excluyente.