Los talibanes, nuevos gobernantes de Afganistán, se mostraron triunfales el martes en el aeropuerto de Kabul, con sus agentes de las fuerzas especiales y su bandera, tras la retirada de los últimos soldados estadounidenses.
El principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, llevó a un grupo de responsables sobre las pistas. Su rostro, normalmente impasible, lucía esta vez una gran sonrisa.
Las fuerzas especiales talibanas, llamadas “Badri 313”, con sus trajes de camuflaje impecable, posaban para las fotos, alzando armas estadounidenses y enarbolando la bandera blanca del movimiento, en la que está escrito en negro el inicio de la “shahada” (profesión de fe islámica).
El aeropuerto civil de Kabul, considerado durante mucho tiempo como uno de los lugares más seguros del país, fue saqueado. En el suelo se podían ver cartuchos vacíos cerca de todos los accesos.