Se ha convertido en la otra “torre inclinada” de Italia. Y ahora, tras la creciente preocupación de que la Torre Garisenda de Bolonia pueda estar a punto de derrumbarse, se ha gestado un plan para salvarla utilizando el mismo equipo que apuntaló la Torre de Pisa.
La Torre Garisenda, de 48 metros de altura (157 pies), se construyó en el siglo XII, durante un periodo de auge de la historia de la ciudad norteña, pero dos siglos después ya había empezado a inclinarse. Hoy se inclina cuatro grados, un poco más que la torre de Pisa, que actualmente tiene una inclinación de 3,9 grados.
A finales del año pasado, se cerraron temporalmente las calles que rodean la Garisenda mientras los científicos vigilaban la estructura en busca de indicios de movimientos y grietas, y llegaron a la conclusión de que corría un “alto riesgo” de derrumbarse.
El alcalde de Bolonia, Matteo Lepore, anunció el miércoles que las torres y cables utilizados anteriormente para salvar la torre de Pisa se desplegarían junto con andamios de acero adaptados para ayudar a evitar que se rompa.
“Esto permitirá asegurar la torre”, dijo Lepore en una conferencia de prensa. Añadió que podría permitir que la Torre Asinelli, una estructura más alta que se encuentra junto a Garisenda, se reabriera al público.
“En 2025 y 2026 habrá más trabajos de consolidación y restauración, que aún deben planearse”, añadió Lepori.