El féretro con los restos del ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llegó hoy entre aplausos a la catedral de su ciudad natal, Milán, para su funeral de Estado.
El cortejo fúnebre del magnate, fallecido el lunes con 86 años por una leucemia, partió en coche desde su mansión en Arcore, en la periferia milanesa, donde ha sido velado de forma estrictamente privada por su familia.
El Gobierno de Italia, una coalición derechista de la que forma parte el partido del tres veces primer ministro, ha declarado hoy el luto nacional, lo que obliga a poner las banderas a media asta.
El féretro, en madera y cubierto con flores blancas y rojas, cruzó toda la ciudad en coche y fue recibido a los pies del templo por sus cinco hijos.
A su llegada a la catedral se suscitó los aplausos de miles de sus seguidores congregados en la plaza, fuera, a pesar del sol de justicia que reina hoy en la ciudad.