Una segunda oportunidad. Más de 200 voluntarios de la ciudad de Nápoles, Italia, buscó incansablemente a Peppinielo, un perro salchicha de poco más de 3 kilos, quien fue echado a las calles dos veces seguidas por una de las hijas de su antiguo dueño. El señor, llamado Peppe falleció el último septiembre.
Según Valentino, uno de los miembros del grupo de rescate, en la primera ocasión, Peppinielo regresó a su hogar al recordar el camino de vuelta. No obstante, en la segunda, lo dejaron al otro lado de la ciudad en medio de días de frío y lluvia intensos. Cuando los otros hijos del hombre fallecido se enteraron del caso en redes sociales (ya que no se hablan con su hermana) emprendieron la búsqueda junto a cuidadores de animales, gestores de refugios, veterinarios y amantes de los animales, quienes se enteraron también por esa misma vía.
Al momento de encontrar al pequeño, una de las hijas de Peppe logró alzarlo en brazos con la ropa de su papá. Escondido y asustado, lo llevaron a un auto para hacerle sentir protección. Asimismo, el grupo de voluntarios fue bautizado como “lacrimoni” (lágrimas, en castellano) por lo emocionados que estaban, continuará realizando esta labor cuando se requiera.