Una nueva erupción ha desviado las miradas de muchos países europeos hacia Islandia. Un volcán ha entrado en erupción cerca de la población de Grindavik, en la península de Reykjanes, en la costa suroeste de la isla, provocando que se declare el estado de emergencia.
Fue en 2021 cuando las cenizas que la erupción del volcán Eyjafjalla lanzó a la atmósfera paralizó el tráfico aéreo en media Europa, y aunque todo hace indicar que esta vez no se verá afectado, la proximidad de las celebraciones navideñas ha hecho a más de uno acordarse de aquella situación en la que doce países cerraran su espacio aéreo.
La erupción que se ha producido esta vez ha tenido lugar a las 22:17 en Grindavík y ha sido precedida de una serie de terremotos en el cráter de Sundhnjúka. “La erupción fue precedida por un enjambre de terremotos que comenzó a las 21.00 horas”, aseguró La Oficina Meteorológica y Sismológica de Islandia (MET) en su página web.
Unas horas más tarde, la MET confirmaba que la erupción podría estar disminuyendo. “Al inicio de la erupción se observaron grandes fuentes de lava y una intensa sismicidad sobre el dique. La potencia de la erupción ha disminuido con el tiempo al igual que la sismicidad y la deformación”, indicó la Oficina Meteorológica de Islandia.
“Esto es evidente a partir de mediciones sísmicas y GPS. El hecho de que la actividad ya esté disminuyendo no es una indicación de cuánto durará la erupción, sino más bien de que está alcanzando un estado de equilibrio. Este desarrollo se ha observado al comienzo de todas las erupciones en la península de Reykjanes en los últimos años”, explicó la IMO.
Defensa “ha cerrado la zona afectada”, ha confirmado el presidente de Islandia, Guðni Jóhannesson, argumentando que la prioridad es proteger vidas y la infraestructura. “Ahora esperamos a ver qué nos deparan las fuerzas de la naturaleza. Estamos reparados y permanecemos vigilantes”, indicó.