De acuerdo con la organización internacional Iran Human Rights (IHR) , después de dos años, Irán llevó a cabo su primera ejecución pública.
Iman Sabzikar, condenado por el asesinato de un policía en febrero de este año, fue ahorcado a primeras horas de la mañana del sábado, tal como lo había indicado la Corte Suprema.
“La reanudación de este brutal castigo en público tiene como objetivo asustar e intimidar a la gente para que no proteste”, dijo el director de IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam. “Podemos aumentar el costo de llevar a cabo estas prácticas medievales si la gente protesta más contra la pena de muerte, en particular las ejecuciones públicas, y la comunidad internacional adopta una postura firme”, añadió.