La filtración de imágenes de la prisión de Evin en Teherán y del maltrato a los reclusos llevó este martes a las autoridades iraníes a pedir disculpas, algo poco frecuente, y a anunciar una investigación sobre un supuesto ataque cibernético.
El subjefe del Poder Judicial, Mohamad Mosadeq, dijo que “se está investigando la publicación de imágenes de la prisión de Evin” y que este asunto “aún no está muy claro”, según la agencia local semioficial Isna.
Estas reacciones se producen después de que empezaran a circular imágenes hace dos días de la cárcel, los abusos a los presos y de los guardias de seguridad sorprendidos ante unos monitores “hackeados”.
“Ciberataque, la prisión de Evin es una mancha en el turbante negro y la barba blanca de Raisí”, decía el mensaje en alusión al nuevo presidente iraní, Ebrahim Raisí, quien fue jefe del Poder Judicial y tiene un largo y controvertido historial en ese sector.