Un grupo de manifestantes ha incendiado la Embajada de Suecia en Bagdad, capital de Irak, en la madrugada de este jueves. El suceso, en el que no se han registrado víctimas, ha ocurrido durante la última protesta por la quema de un Corán en el país escandinavo a finales de junio y el permiso para otro acto similar previsto para este jueves en Estocolmo en el que, finalmente, el libro sagrado para los musulmanes no ha sido quemado, pero sí pisoteado y golpeado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores sueco ha condenado el ataque e informado de que su personal está a salvo. El Gobierno iraquí, por su parte, ha expulsado a la embajadora sueca en el país como represalia a la nueva acción organizada en el país escandinavo.
La agresión contra la embajada sueca ha sido perpetrada por decenas de manifestantes, supuestamente seguidores del influyente clérigo chií iraquí Muqtada al Sadr. Estos accedieron a las instalaciones de la embajada, en la llamada Zona Verde de la capital iraquí, conocida por albergar las instituciones del Gobierno y las sedes de las misiones diplomáticas extranjeras.