Siria cumple este viernes trece años desde el estallido de un conflicto que cuenta con varios frentes abiertos e involucra a numerosos actores –nacionales e internacionales–, y que avanza sin solución de continuidad mientras deja ya al 90 por ciento de la población sumida en la pobreza.
La Comisión de Investigación de Siria de Naciones Unidas ha destacado recientemente que la guerra deja ya a más de 16,7 millones de personas en el país bajo necesidad de asistencia humanitaria, una cifra nunca antes vista en este conflicto debido a que la economía va “en caída libre”.
“Más del 90 por ciento ahora vive en la pobreza, la economía está en caída libre debido a sanciones más estrictas y el aumento de la ley sin ley está alimentando prácticas depredadoras y extorsiones por parte de las Fuerzas Armadas y las milicias”, ha relatado el presidente de la citada comisión, Paulo Pinheiro.
A pesar de que la intensidad de las hostilidades ha contado con altos y bajos a lo largo de los últimos años, Naciones Unidas ha advertido una intensificación de la lucha después de que a comienzos de octubre se produjeran una serie de explosiones en una ceremonia de graduación militar en Homs, controlada por el Gobierno.
En aquel suceso perdieron la vida un total de 63 personas, más de la mitad las cuales eran civiles, y provocó que las fuerzas de Bashar al Assad y Rusia respondieran con bombardeos sobre más de 2.300 ubicaciones controladas por la oposición en apenas tres semanas, matando también a civiles.