Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca que la igualdad de género en la producción agrícola podría aumentar el PIB global en un 1% y sacar de la inseguridad alimentaria a 45 millones de personas.
Sin embargo, las mujeres siguen enfrentando graves desigualdades sociales y económicas en el sector agroalimentario a nivel mundial, lo que afecta negativamente al conjunto de la sociedad, empobreciéndola y reduciendo su progreso.
Existe una brecha negativa de género del 24% en la productividad de la tierra en explotaciones del mismo tamaño administradas por mujeres.
A pesar de que la igualdad ayudaría a reducir los 828 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria, la brecha entre hombres y mujeres en esta situación se amplió de 1,7 puntos porcentuales en 2019 a 4,3 puntos porcentuales en 2021.
La discriminación perjudica especialmente a los sistemas sociales de países del África subsahariana y del Asia meridional, donde más de dos tercios de las mujeres trabajan en el sector agroalimentario, mientras que los hombres acceden a otro tipo de empleos en mayor proporción.
La FAO destaca la necesidad de promover políticas públicas enfocadas en el “empoderamiento” de las mujeres y su igualdad de derechos a todos los niveles.