Un impuesto a la banca y a las empresas energéticas, para aumentar las ayudas sociales, fueron algunas de las medidas anunciadas este martes por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ante la elevada inflación en el contexto de la guerra en Ucrania.
El socialista Pedro Sánchez abrió en el Parlamento español el Debate sobre el Estado de la Nación, que no se celebraba desde hace siete años.
El debate, en el que Gobierno y oposición pueden plantear propuestas, se produce en medio de una nueva división interna entre los socios en el Ejecutivo, el socialista PSOE y la formación de izquierda radial Unidas Podemos, esta vez sobre el aumento del gasto militar.
Y con la principal fuerza de oposición, el conservador Partido Popular, al alza en las encuestas tras haber renovado su liderazgo después de una crisis interna.
Sánchez adelantó un impuesto sobre el beneficio extraordinario obtenido por grandes empresas eléctricas, gasistas y petroleras en 2022 y 2023, para recaudar unos 2.000 millones de euros por año.
Junto a otro a entidades financieras para recaudar en torno a 1.500 millones de euros al año en el mismo periodo, pues “se están beneficiando de las subidas de tipos de interés”.
El presidente pidió a las grandes empresas que demuestren su responsabilidad social, revirtiendo sus beneficios extraordinarios en los consumidores, al igual que el Gobierno destina el incremento de ingresos tributarios a ayudas para paliar el impacto de la guerra.