La difusión de videos en los que se ve a empleados del gobierno conservador de Australia realizando actos sexuales en el Parlamento, uno de ellos masturbándose en la oficina de una diputada.
El primer ministro conservador Scott Morrison calificó estos comportamientos de “escandalosos”. A Morrison se le venía criticando por la forma en la que gestionó varios temas, como una acusación de violación formulada por una empleada contra un excolega.
Los videos y las fotos, que al parecer se han compartido en un chat grupal entre empleados del gobierno conservador antes de ser filtrados por un denunciante (whistleblower), fueron revelados por primera vez por el periódico The Australian y Channel 10.
Han desatado un revuelo, sobre todo porque llegan precedidos por una serie de casos que empañan las esferas políticas australianas y que han generado protestas en todo el país.
El denunciante, identificado solo como Tom, afirmó a los dos medios de comunicación que empleados del gobierno y diputados a veces usaban la sala de oración del Parlamento para mantener relaciones sexuales y que habían traído a prostitutas al edificio “para el placer de los diputados de la coalición”.