El ejército polaco comenzó a levantar una valla de alambrada a lo largo de su frontera con Bielorrusia para impedir que los migrantes entren en el territorio de la Unión Europea.
De 2,5 metros de altura, tendrá 180 kilómetros de largo, lo que equivale a cerca de la mitad de la boscosa frontera entre estos dos países.
Decenas de militares se afanaban el viernes en las obras de la valla en la pequeña ciudad fronteriza de Krynki.
“Vista la situación, es necesaria”, declaró Magda, una vecina de la ciudad, de 31 años, para quien los migrantes pueden seguir pidiendo el asilo en los puestos fronterizos oficiales.
“Vemos el trabajo de la policía fronteriza, el esfuerzo que hacen para controlar la situación”, añadió.
En los últimos meses, miles de migrantes procedentes en su mayoría de Oriente Medio, intentaron atravesar las fronteras de Bielorrusia con Letonia, Lituania y Polonia, países del este de la Unión Europea.