Este viernes, hombres armados abrieron fuego en un concierto de rock en un suburbio de Moscú, dejando muertos y heridos antes de que un gran incendio se extendiera por el teatro, informaron el alcalde de Moscú y agencias de noticias rusas. Los atacantes, vestidos con trajes de camuflaje, entraron en el edificio, abrieron fuego y arrojaron una granada o una bomba incendiaria, según informó un periodista de la agencia de noticias RIA Novosti que se encontraba en el lugar.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó el incidente de “ataque terrorista” que debía ser condenado.
Hace dos semanas, Estados Unidos y el Reino Unido habían advertido que un atentado de estas características era inminente.
Las embajadas de Estados Unidos y del Reino Unido en Rusia lanzaron el 8 de marzo un aviso urgente sobre la posibilidad de un ataque terrorista en Moscú. Este anuncio instaba a los ciudadanos estadounidenses a mantenerse alejados de concentraciones masivas dentro de las siguientes “24 a 48 horas”.
En una actualización de seguridad, se mencionaba que se habían recibido informaciones sobre planes de ataques extremistas, posiblemente dirigidos a eventos concurridos en la capital rusa, como conciertos. Las alertas no proporcionaron detalles específicos sobre la naturaleza de la amenaza o los posibles autores detrás de ella. Las representaciones diplomáticas aconsejaron a los ciudadanos permanecer vigilantes y seguir las actualizaciones de los medios de comunicación locales para estar informados.