El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, admitió este lunes durante su discurso sobre el estado de la nación que su sangriento combate contra las drogas resultó ser más difícil de lo que esperaba cuando al llegar al cargo en 2016 prometió terminar con el problema en medio año.
“Cuanto al principio dije que terminaría con las drogas en seis meses, pensé que sería como en Davao”, dijo, en referencia a la ciudad en la que, como alcalde, se ganó la fama de antídoto contra la delincuencia por la dureza de sus medidas.
“Puedes coaccionarles, intimidarles o sobornarles o darles dinero (a los criminales), les dije ‘idos de Davao, id a montar el lío a Luzón (la isla filipina donde se encuentra la capital, Manila), pero no aquí en Davao’”, afirmó el mandatario en referencia a su época como alcalde.