Las autoridades de la ciudad costera de Atami, en el centro de Japón, continúan intentando determinar el número de víctimas mortales del enorme deslave que ha arrasado decenas de casas el sábado pasado, mientras disminuyen las esperanzas de localizar supervivientes.
La cifra oficial de muertos se elevó a siete y 27 personas seguían desaparecidas, según un nuevo balance provisional de las autoridades.
Sin embargo, el plazo de 72 horas tras la catástrofe, considerado crítico según los expertos para encontrar a personas con vida, terminó a última hora la mañana.
“Cuanto más tiempo pasa, más difícil es rescatar a la gente, pero continuaremos nuestra búsqueda tratando de salvar el mayor número de vidas posible”, dijo Takamichi Sugiyama, portavoz de la prefectura de Shizuoka.
El número de personas de las que se desconocía el paradero llegó a ser superior a 100, pero más tarde las autoridades dijeron haber localizado a la mayoría de ellas y confirmaron que estaban a salvo.