La falta de lluvias y las altas temperaturas en el sur de Europa han abierto el debate sobre la gestión hídrica en la región mediterránea, donde el cambio climático va a ser especialmente drástico y los científicos de la Unión Europea (UE) descartan “soluciones milagrosas” para preservar el agua.
“No hay una solución milagrosa, no podemos solucionar un problema de esta complejidad e intensidad en tan solo un año. Hay que desplegar un abanico de soluciones que, con el tiempo, creen una resiliencia para el agua”, comenta un científico del Centro de Investigación Común (JRC, por sus siglas en inglés) en una charla con periodistas europeos durante una visita a la sede de este organismo en Ispra (Italia).
El Centro de Investigación Común se define a sí mismo como “el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea”, pues los investigadores que trabajan allí, en campos que van desde la nanomedicina hasta el vehículo eléctrico, tienen la misión de aportar a las instituciones europeas estudios, datos e indicadores que ayuden a diseñar mejor las políticas comunitarias.
En total, el ente tiene seis delegaciones repartidas en distintos países de la UE, una de las cuales en Sevilla (España), pero es en la italiana de Ispra, un pequeño pueblo al norte de Milán que vive a orillas del Lago Mayor, donde el JRC alberga un Observatorio Europeo sobre la Sequía que analiza toda la problemática del agua.