En medio de su crisis económica, China adopta un sistema de vigilancia ampliado que lleva el nombre de “sistema de cuadrícula”, según reveló George Friedman, experto en geopolítica y asuntos internacionales, en un artículo publicado por el think tank Geopolitical Futures.
La iniciativa, dirigida por el Partido Comunista Chino (PCC), consiste en la división de barrios y regiones en cuadrículas para aumentar la supervisión de los ciudadanos. El polémico sistema de vigilancia implica que ciudadanos recorran las casas realizando inspecciones y recopilando información sobre las personas, lugares, eventos y emociones.
Pero también se realizará un control sobre lo que la población lee, escucha y ve.
Una atención especial se da a los ordenadores, donde se verifica el contenido que ha sido visto y los sitios web que se han visitado. Los inspectores son miembros o partidarios del PCC que realizan esta actividad por orden del régimen conducido por Xi Jinping. Esta intensificación de la supervisión, personificada por el gran número de personas dedicadas a la tarea y la variedad de temas a ser observados, se interpreta como un signo de creciente inquietud dentro del partido.
Las dificultades económicas, los conflictos políticos y el descontento popular han aumentado la vigilancia, tanto en número como en profundidad. Aunque no está claro qué castigos podrían imponerse a quienes se consideren poco fiables, es probable que la vigilancia sea rigurosa y las personas sean clasificadas en función de los hallazgos relacionados con temas clave.