El padre tardó 11 horas en conseguir ayuda luego de que los servicios de emergencias se negasen a atenderla en un hotel en cuarentena.
Las autoridades del régimen de China volvieron a enfrentar el jueves el enfado de la opinión pública tras la segunda muerte de una niña atribuida a la estricta aplicación de la política contra el coronavirus, que aumentó la frustración por los controles que confinan a millones de personas en sus casas y provocó enfrentamientos con trabajadores sanitarios.
Una niña de cuatro meses falleció tras sufrir vómitos y diarrea mientras estaba en cuarentena en un hotel en la ciudad de Zhengzhou, en el centro del país, según reportes en medios y publicaciones en redes sociales. Según las informaciones, el padre tardó 11 horas en conseguir ayuda luego de que los servicios de emergencias se negasen a atenderla y finalmente fue enviada a un hospital a 100 kilómetros (60 millas) de distancia.
El deceso se produjo después de que el gobernante Partido Comunista prometió este mes que no se impediría que las personas aisladas recibiesen ayuda urgente luego de las protestas por la muerte de un niño de 3 años por monóxido de carbono en el noroeste del país. Su padre culpó a los trabajadores de la salud de Lanzhou que, según dijo, trataron de impedirle que lo llevara al hospital.
Los internautas expresaron su enojo hacia la política “COVID cero” del Partido Comunista y exigieron que se castigue a los funcionarios de Zhengzhou por no ayudar a la población.