China reiteró su “firme oposición” al vertido de agua contaminada y tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima, que comenzó esta semana la segunda parte de la operación tras confirmar que la primera descarga se llevó a cabo dentro de los límites de seguridad establecidos.
“La postura China sobre la descarga de Japón al océano es clara y consistente. Nos oponemos con firmeza a este acto unilateral por parte de Japón”, afirmó el Ministerio de Exteriores a través de un comunicado de su oficina de portavoces.
La nota oficial subraya que el mar “pertenece a toda la humanidad” y exhorta al Gobierno nipón a “responder a todas las preocupaciones de la comunidad internacional”.
Pide asimismo que Japón mantenga “una comunicación completa y sincera con sus países vecinos y elimine el agua contaminada de forma responsable”.
“La comunidad internacional debe presionar para lograr un acuerdo internacional de monitoreo que se mantenga en vigor a largo plazo y asegure que los países vecinos de Japón y otras partes afectadas puedan participar sustantivamente en el acuerdo”, agrega el comunicado.
Tokyo Electric Power Company (TEPCO) llevó a cabo una primera fase del vertido al Pacífico entre el 24 de agosto y el 11 de septiembre de 7.788 metros cúbicos del líquido procesado, con un volumen de tritio de aproximadamente 1,1 billones de bequereles, según datos aportados por la empresa energética.