Australia pidió a AstraZeneca y a la Unión Europea acceder urgentemente a un millón de dosis de la vacuna que ha comprado para suministrárselas a Papúa Nueva Guinea, que registra un nuevo brote de Covid-19.
El primer ministro Scott Morrison declaró que quiere utilizar las dosis que Australia ha pedido y pagado para ayudar a Papúa Nueva Guinea, una isla al norte de Australia, para luchar contra el coronavirus.
“Hacemos una demanda formal a AstraZeneca y a las autoridades europeas para tener acceso a un millón de dosis de nuestro pedido a AstraZeneca, no para Australia sino para Papúa Nueva Guinea, un país en desarrollo que necesita con desesperación estas vacunas”, dijo Morrison a la prensa en Canberra.
La acción australiana se produce después de que Italia bloqueara a principios de marzo una entrega de vacunas AstraZeneca producidas en suelo europeo que estaba destinada a Australia. Roma justificó esta medida por la “penuria persistente de vacunas y los retrasos de suministro de AstraZeneca” en la Unión Europea y en Italia.