Un año después de la muerte de unos 50 defensores de Mariupol en cautiverio en Olenivka, Rusia aún no ha permitido a la ONU ni a ningún investigador independiente desplazarse al lugar de la matanza, mientras las familias de las víctimas buscan justicia.
“Fue un crimen deliberado. Nuestros soldados fueron asesinados, de forma cínica y sin clemencia”, declaró la “Asociación de Familias de Defensores de Azovstal” este sábado en un comunicado.
“Llamamos a quienes les importe a unirse para luchar por la justicia y por un castigo adecuado para el país terrorista”, agregó la nota, el día en que se celebran actos conmemorativos en las grandes ciudades ucranianas, incluidas Kiev y Leópolis (oeste), así como en el extranjero.
El 28 de julio de 2022, unos 193 prisioneros de guerra ucranianos fueron transferidos a un edificio aislado del resto del complejo de la colonia penal de Olenivka, en la región oriental de Donetsk, que albergaba a unos 2.500 defensores de Mariúpol, según la reconstrucción publicada este viernes por la ucraniana “Iniciativa de Medios por los Derechos Humanos”.
La mayoría de los soldados fueron seleccionados de diversas unidades del batallón “Azov”, que lideró la defensa de Mariúpol durante los tres meses de asedio rusos, de acuerdo con los testimonios recabados.
En la primera noche que pasaban en el nuevo edificio, varias explosiones destruyeron parte de la estructura y dejaron 50 muertos, hiriendo de gravedad a unos 70 prisioneros.