Los hechos ocurrieron en verano de 2015 en la ciudad de Faluya, entonces sitiada por el Estado Islámico; el juez Christoph Koller consideró probado que Al Jumailly ató a la pequeña Rania al sol para castigarla y dejarla fallecer.
Un tribunal de Fráncfort (sur de Alemania) condenó este martes a cadena perpetua a un miembro del grupo extremista Estado Islámico (EI) que dejó morir de sed a una niña yazidí de cinco años a la que había esclavizado en el norte de Irak, según difundieron medios alemanes.
El terrorista Taha al Jumailly, de 29 años e iraquí de nacimiento, ha sido condenado por los cargos de genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, tráfico de personas y asesinato; además, deberá pagar una indemnización de 50.000 euros a la madre de la niña.
“Por primera vez un tribunal confirma a nivel mundial que los actos del EI contra la comunidad religiosa yazidí son genocidio”, dijo sobre la decisión Meike Olszak, experta en derecho internacional de Amnistía Internacional.