La crisis diplomática entre México y Ecuador tiene un nuevo protagonista. Se trata del Gobierno alemán, que estaría intentando conectarse con el exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, según la revista alemana Der Spiegel. La razón es que Glas, acusado de corrupción, también tiene nacionalidad alemana, según dijo el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania.
“Seguimos muy de cerca el caso del Sr. Glas e intentamos establecer contacto directo con las autoridades ecuatorianas”, dijo el Gobierno alemán.
Numerosos países y organismos internacionales, como la ONU y la OEA, siguen criticado duramente a Ecuador tras el asalto policial a la embajada de México en Quito para detener a Glas. Ecuador, por su lado, responde que la operación era necesaria ante el riesgo de fuga de Glas, refugiado en la legación desde diciembre y requerido por la justicia ecuatoriana por corrupción.
El rechazo internacional quedó personificado en las críticas del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien a través de un portavoz se declaró “alarmado” por el operativo y aseguró que no respetar el principio de inviolabilidad de los recintos diplomáticos “pondría en pelegro la continuación de las relaciones internacionales normales”.
Por su parte, la Organización de los Estados Americanos calificó las acciones de Ecuador como “improcedentes” y expresó “solidaridad” con la delegación mexicana, en un comunicado. Nicaragua se unió a México y rompió relaciones diplomáticas con Ecuador.
Varios gobiernos latinoamericanos, tanto de izquierdas como Brasil, Colombia, Venezuela o Chile, como de derechas, como Argentina y Perú, criticaron el asalto y la detención de Glas, que estaba requerido por la justicia ecuatoriana para afrontar cargos de presunta corrupción y se había refugiado desde septiembre en la embajada mexicana.
Estados Unidos condenó “cualquier violación del estatuto de Viena, que garantiza la soberanía de las embajadas”. Glas, vicepresidente del Rafael Correa entre 2013 y 2017, tiene una orden de prisión preventiva por un presunto peculado en obras públicas contratadas tras el devastador terremoto en la costa ecuatoriana en 2016.
El político fue trasladado el sábado a una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil. Ya había estado en prisión por haber participado en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. Recuperó su libertad en 2022 gracias un recurso de habeas corpus.
México denunció “una “violación flagrante al derecho internacional” y su “soberanía”, mientras que la canciller de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, acusó a México de violar “el principio fundamental de no intervenir en los asuntos internos de otros Estados” al dar asilo a Glas y justificó el asalto a la sede diplomática, argumentando “un riesgo real de fuga” del político de 54 años.