Luego de la noticia de que los talibanes lograron tomar la capital después de casi veinte años de guerra, con la entrada de sus combatientes en la capital sin encontrar resistencia, mientas el presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonaba Afganistán para evitar “un derramamiento de sangre” entre la población, resulta importante entender a dónde apunta la ideología de este peligroso grupo insurgente.
En 1994, el movimiento de los talibanes apareció en Afganistán, un país devastado por la guerra contra los soviéticos (1979-89) y que enfrentaba una lucha fratricida entre muyahidines desde la caída del régimen comunista en Kabul, ocurrida en 1992.
Los talibanes prometían restablecer el orden y la justicia, y fue así como lograron un ascenso fulgurante, con el apoyo de Pakistán y la aprobación tácita de Estados Unidos.
En octubre de 1994, casi sin luchar tomaron Kandahar, la antigua capital real. Dotados de un arsenal militar y un gran tesoro de guerra que les permitía comprar a los comandantes locales, se apoderaron de Kabul el 27 de septiembre de 1996.
Cuando estuvieron en el poder, los talibanes impusieron una estricta ley islámica que prohibía los juegos, la música, las fotografías y la televisión. Negó a las mujeres el derecho de trabajar y las escuelas para niñas fueron cerradas.
En marzo de 2001, la destrucción con dinamita de los budas gigantes de Bamiyán (centro) provocó la indignación internacional. La sede del poder se trasladó a Kandahar, donde el mulá Omar vivía recluido en una casa construida por Osama bin Laden, líder de Al Qaida.
El territorio de los talibanes se convirtió en un santuario para los yihadistas de todo el mundo, que llegaban hasta allí para entrenarse, en particular los de Al Qaeda.
El 8 de julio de 2021, el presidente estadounidense Joe Biden declara que la retirada de sus fuerzas, que comenzó en mayo, se “completará el 31 de agosto”.
Los talibanes, a la ofensiva desde mayo, llegaron el 15 de agosto a las puertas de Kabul, después de haber tomado el control de casi todo el país sin encontrar gran resistencia.
El presidente Ashraf Ghani abandona Afganistán el domingo, según un ex vicepresidente. El gobierno afgano promete una transición pacífica.