El Gobierno de México compró 13 plantas de energía a Iberdrola, lo que podría llevar a un aumento en las tarifas de electricidad y no genera certidumbre sobre el sector energético, prevén varios expertos.
“Está más que demostrado que los gobiernos no son eficientes en la operación de las empresas y esto, además de agregar vulnerabilidad a las finanzas públicas, subirá los costos, y las empresas y personas terminaremos pagando por la mayor ineficiencia”, comentó Gabriella Siller, académica del TEC de Monterrey.
La energética española Iberdrola anunció la venta de infraestructuras en territorio mexicano, que representa el 20% de la demanda máxima pronosticada por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) de México y el 87% de sus operaciones en el país.
Las plantas de ciclo combinado y una eólica de Iberdrola pasarán al patrimonio público y a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Para algunos especialistas, la adquisición de Iberdrola está en línea con el objetivo del Gobierno de tomar el control de los productores independientes de energía.
“No se van, solo se deshacen de sus activos menos atractivos para invertir en energías renovables, lo que en realidad debería estar haciendo el Gobierno”, comentó María Valencia, presidenta del Comité de Validación de Renewable E Index.
Según informan, Iberdrola todavía operará en el país cinco centrales de ciclo combinado, seis parques eólicos y tres fotovoltaicos.
Además, el hecho de que la CFE se convierta en la empresa mayoritaria del sector eléctrico mexicano plantea dudas sobre la operación y regulación del mercado.