Para evitar que cientos de niños migrantes y sus familias en la frontera sur de México pasen una amarga navidad, algunos migrantes con residencia permanente, llevan ayuda y momentos de alegría a los menores que están en situación de calle y en los albergues donde esperan sus trámites o descansan para retomar su travesía.
Con sentido humano, Grevil Alvarado, migrante de Honduras, dio a conocer que en Tapachula, este fin de semana, llevaron comida para 250 niños del albergue Jesús El Buen Pastor, principal lugar de acogida que atiende a cientos de personas en la ciudad.
“Nosotros, también llevamos 490 platillos para personas adultas, llevando amor, a los niños migrantes y celebramos la navidad en el albergue para el pobre y del migrante Jesús el Buen Pastor”.
En este albergue, se encuentran niños migrantes de Honduras, Guatemala, El Salvador, Haití, Cuba, Venezuela, Ecuador y Nicaragua.