Yuliani López se despertó la madrugada del martes con un alerta de última hora en su teléfono por la muerte de decenas de migrantes en un centro de detención en Ciudad Juárez. Justo la noche anterior, un amigo que conoció meses atrás “en el camino” a México había sido detenido y llevado a ese lugar. Se fue de inmediato a averiguar si él estaba entre los fallecidos que anunciaban las autoridades.
“No sabemos nada de él, si está vivo, si está muerto. No sabemos nada”, cuenta al mediodía de este martes la venezolana de 23 años, que vive en esta ciudad fronteriza desde hace mes y medio.
A esa hora, ella no estaba sola esperando noticias. Un puñado de migrantes protestaba en la puerta de la oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en el puente Internacional Stanton-Lerdo, donde ocurrió el incidente.
“¡Justicia, justicia!”, gritaba el grupo al ondear la bandera de Venezuela.