La crisis migratoria. La epidemia de fentanilo y la guerra contra el narco. El discurso antimexicano en las elecciones en Estados Unidos. Las relaciones con Joe Biden y Donald Trump. Esos fueron los temas principales de la primera entrevista que dio Andrés Manuel López Obrador a la televisión estadounidense durante su Gobierno. El presidente de México desechó las acusaciones de chantaje político a la Casa Blanca y defendió la política de seguridad y la gestión de la migración de su Administración en 60 minutes, el programa de noticias más visto en ese país. “Somos un país independiente, libre y soberano, no somos colonia, no somos protectorado de ningún país extranjero”, afirmó el mandatario a la cadena CBS.
El Gobierno de López Obrador aseguró que se concedió la entrevista para el consumo de la comunidad mexicana en Estados Unidos. El programa de televisión, sin embargo, representó también una oportunidad para poner negro sobre blanco la posición de México frente a las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre del otro lado de la frontera, en la que la migración y la guerra contra las drogas se han afianzado como temas cruciales en la contienda entre Biden y Trump. Fue, además, una plataforma para defender su legado y para hablar del ambiente que busca que prevalezca en la relación bilateral, el año en que termina su mandato y que los mexicanos también están llamados a las urnas para elegir a un nuevo presidente o presidenta. “Tenemos una muy buena relación con el Gobierno de Estados Unidos, pero no de subordinación”, agregó.
La periodista Sharyn Alfonsi centró varias de sus preguntas en el contraste entre Trump y Biden, que competirán en unos meses por un segundo término en la Casa Blanca. “Biden es respetuoso de nuestra soberanía como lo fue el presidente Trump”, dijo López Obrador, en tono salomónico. Mucho se ha hablado en México de un posible regreso del candidato del Partido Republicano, que ha mantenido la retórica de mano dura contra la migración y ha agitado un discurso antimexicano para hacer un guiño a los sectores de votantes más conservadores. Pese a las distancias ideológicas, el mandatario mexicano ha defendido su buena relación con ambos. “Hemos tenido diferencias, pero hemos puesto por delante el interés general de los pueblos de México y Estados Unidos”, comentó. “Nos necesitamos mutuamente”, agregó.
“El muro no funciona”, afirmó López Obrador. También restó importancia a las promesas de Trump sobre la construcción de un nuevo cerco fronterizo como una estrategia de campaña. El presidente mexicano también habló de los acercamientos que ha tenido con Nicolás Maduro de Venezuela y Miguel Díaz-Canel de Cuba para tratar la crisis migratoria. “Es una solución de corto plazo, pero no de fondo”, reconoció, según la transcripción del programa. “Queremos que se atiendan las causas raíz”, insistió sobre la migración, de lo contrario “los flujos de migrantes van a continuar”.